FIESTA DE LAS CANDELARIAS Y SUS ORIGENES

Corría el año de 1893, cuando doña Ildefonsa Jiménez Méndez, organiza a varias señoras que tenían niños chiquitos, para hacer una peregrinación a la Virgen, llevando como Ella llevó, a sus hijos a presentar al templo.

Es, entonces, el 2 de febrero de ese mismo año, cuando por primera vez en San Fernando, se baila el Yoncatlz (baile de viejitas), ya que las señoras que llegaron en felicitación, después de haber rezado y ofrecido a sus hijos al templo, festejaron al son del tambor y el pito, que la inmaculada María de la Candelaria, tuviera sanos a los niños.

En esta felicitación, es donde nace el saludo que hasta hoy día utilizan en dicho baile… ¡ Saludá a tus padrinos hijito!

Es bueno aclarar, que a estas fechas, las señoras que iniciaron el baile de las viejitas, deberían tener aproximadamente de 163 a 165 años, por lo que sería imposible, que una persona que hubiese nacido allá por 1900, pudiese haber sido “fundadora” del baile.

Y desde esa fecha, año con año, se siguió llevando a los infantes a la ermita, pero el tiempo pasa y los “chamaquitos”, van creciendo

hasta convertirse en jóvenes que lógicamente ya no podían ser llevados en brazos por sus mamás.

En ese tiempo, las señoras comienzan a llevar calabazas vestidas o muñecos de madera, sustitutos de sus hijos.

Aproximadamente en el año 1905, las “ayer” niñas, ahora convertidas en bellas jovencitas, se organizan también y surge el Yoncetlz (jóvenes), BAILE DE LAS CANDELARIAS, presentándose en grupo aparte a alabar a la imagen.

¿Y los varones?, pues ellos comienzan un precioso arte (desgraciadamente hoy olvidado), que era la fabricación de charros y sombreros de mimbre, para que las muchachas se cubrieran del sol, durante los recorridos que hicieran con el baile, que ya no se hizo únicamente en la ermita, sino que también en la iglesia del Rosario (hoy San Fernando) y adonde se celebraran algunos otros santos.

En la actualidad, desde el día primero de febrero, se ven desfilar por todas las calles del pueblo a decenas, por no decir cientos, de señoritas y algunas niñas compañadas de un grupo de tamboreros y un pitero… Ellas son “Las Candelarias”.

Resalta la hermosura de las bailarinas, el precioso traje zoque que consiste en nagüilla de bichi de vivos colores, camisa de vuelos matizados, listones cosidos a una cinta que cuelgan alrededor de la cabeza, sombrero charro, dos pañuelos de seda colgados a ambos lados de la cintura y en la mano un pequeño pañuelito que lo mismo utilizan para secarse el sudor, que como monedero, ya que en él lleven amarrado en un extremo, “su dinero”.

Por otro lado se ve al grupo de “VIEJITAS”, que al igual que las Candelarias desfilan por todas las calles del pueblo, llevando el mismo traje, únicamente que ellas, también llevan un muñeco (algunos todavía son de madera), y un manojito de flores que sacaron, como “relique” de la ermita.

El día tres de febrero, todas las Candelarias dan una cooperación y a partir de las 2 de la tarde, principia el baile popular con marimba, donde es común ver a nuevas parejas de enamorados, pues , ya lo hemos mencionado, este es el día del “sí” . Es la fecha en que las muchachas aceptan a los jóvenes que durante los tres días del peregrinar las han seguido, durante todo el pueblo; “sí”, que casi se adivina cuando la muchacha le da prestado su charro al joven que la ha andado pretendiendo.

Algo que hasta la fecha se realiza, es el cambio de ropa de las Vírgenes, que se efectúa el día treinta de enero, un día antes de que se inicie la fiesta.

En este acto, la Presidenta de festejos, acompañada de un grupo de señoras acude a la ermita, con ropa nueva para las imágenes y realizan el cambio.

Era tradición, que para desvestir y vestir a las Vírgenes, era necesario que la persona que lo hiciera, fuese una persona adulta, pero que no se hubiera casado, ni se le conociera que hubiese tenido relaciones con nadie, es decir, como se habla peyorativamente, fuera un “niño (a) viejo (a)”.

AUTOR: PROFESOR ISAIN AQUINO CASTILLEJOS